Allí estaban todos aquellos botones mirándole de
soslayo desde la cabina del avión. Su sueño infantil: tocarlos todos a la vez y
a ver qué pasaba. Alargó la mano y acarició el botón que tenía más cerca sin
ejercer ninguna presión, notando lo fría que se notaba su superficie lisa y
redondeada. Acto seguido un fuerte pitido salió de uno de los paneles de
control e instintivamente su brazo sufrió un espasmo y lo pulsó.
- Ups – Se oyó decir a sí mismo.
El miedo empezó a invadirle el cuerpo por las
posibles consecuencias de sus actos. Se arrepintió de todas las cervezas que se
había tomado mientras mataba las dos horas de retraso con las que salió el
vuelo. Cuando se encontraba ya con la mano en el pomo de la puerta para volver
a su asiento el pitido que le había asustado dejó de sonar. Se dio la vuelta y
miró de nuevo a los botones, fue uno a uno hasta que se detuvo en un enorme
botón rojo.
- Bastante has tentado ya a la suerte, ¡Vuelve a tu
sitio! – Dijo en alto para convencerse.
Pero ese enorme y llamativo botón rojo decía a gritos: “púlsame”. Cuando se quiso dar cuenta su mano ya lo había pulsado, y pulsó otro, y otro, y así con unos quince botones.
- ¡Pero bueno! – Dijo una azafata nada más entrar en
cabina - ¿Qué haces tú aquí?, ¿Dónde está el piloto? Menudo despropósito, esto
solo podía pasar en Ryanair…
Frase inicial: @SheilaAldariz web ladronesdenegrodedia.tumblr.com